Desde que las plataformas de streaming como Netflix, Prime Video, Disney Plus, HBO Max y ahora Paramount Plus han llegado a nuestras vidas, la televisión como la conocíamos antes se acabó.
Lo decimos porque estos servicios proporcionan, hasta cierto punto, libertad al espectador para elegir los contenidos que más le atraen, por lo que ya no es necesario soportar hasta 20 minutos de comerciales, solo para disfrutar de una película que originalmente duraba una hora y treinta minutos y que ya lleva tres horas al aire; o aguantar la horrible programación de los canales de tv abierta y/o cable (que para variar siempre tienen lo mismo).
Como espectadores, estamos en una posición muy cómoda y nunca antes vista: podemos elegir sin problema lo que queremos ver y en el momento que nos aburra, quitarlo sin más. Ha llegado a tal grado nuestra mimesis y aceptación con el streaming, que incluso ya lo convertimos en parte de nuestro ritual para conquistar (Netflix and chill) o para dominguear.
¿Y por qué te estoy diciendo todo esto, si tú solo quieres saber por qué podemos ver una serie de 8 horas y no una película con el mismo tiempo de duración? Bueno, ya voy para allá.
Del espacio social al espacio privado
Como te mencioné antes, plataformas como Netflix ya están en nuestros hogares y las aceptamos sin siquiera pensarlo. Esto supone cierta “batalla con el cine”, debido a que el tiempo que permanecemos en una sala de cine, frente al de la sala de nuestro hogar es diferente y corresponde a distintas formas de socialización. Vamos a analizar un poco más estos dos lugares con el fin de evidenciar lo que queremos decirte:
SALA DEL CINE: En el cine podíamos (o puede aquel valiente que se atreve a ir a media pandemia) estar hasta dos horas y media dentro de la sala y las instalaciones del complejo.
Todo el ritual de ir a ver una película incluye comprar los boletos, esperar a la persona que verá la película contigo, comprar palomitas y refrescos, entrar a la sala y ver los trailers del inicio, quejarte del que se sentó al lado de ti o pedirle que se calle si es que está hablando a media cinta. Es toda una experiencia de socialización, pero dentro de un espacio público del que te puedes retirar acabada la función.
SALA DE HOGAR: En nuestro hogar podemos andar en chanclas y pijama, comprar palomitas o papas para botanear, acurrucarnos en el sillón con nuestra familia o pareja y decidir si queremos ver una serie, una película o si tenemos ganas de un documental.
La experiencia del streaming es igual a la de la tv clásica (con las diferencias que ya mencioné arriba), pues la sala de nuestra casa es un espacio privado donde tenemos libertad para estar mucho más cómodos, a diferencia de las salas de cine.
Como verás, ver una película de 8 horas en el cine implica más esfuerzo, porque sugiere seguir una serie de pasos como trasladarnos de un lugar a otro, tener dinero para el viaje, los boletos, las palomitas y el paseo extra para no regresar a la casa así nada más.
Todos estos son distractores que no podrían permitirnos estar 8 horas sentados en la sala. Ni a los complejos como Cinemex o Cinépolis les conviene como negocio (¿por qué crees que quitaron la permanencia voluntaria?), ni a nosotros como espectadores aguantar tanto tiempo en taburetes incómodos o tener el dinero para costear ese lujo.
Mientras que en la sala de nuestra casa, podemos solo agarrar el control, poner Netflix y tranquilamente disfrutar una serie. El único problema es pagar la suscripción a tiempo y ya.
Sin embargo, arriba tomamos como ejemplo el porqué no podemos ver una película 8 horas dentro de un complejo o una sala de cine, pero ¿qué pasa con las películas que se producen para la televisión?
Estructura narrativa de una serie vs la de una película
Una serie y una película son dos productos audiovisuales distintos. Una serie puede durar hasta 24 episodios por temporada, dependiendo de si es producida para canales de televisión o para streaming, en cuyo caso las temporadas varían de 10 a 13 episodios (las más largas).
Mientras tanto, una película tiene una duración de 90 minutos hasta 2 horas y media (aunque hay excepciones en la historia con cintas de hasta 9 horas).
Ahora, las duraciones no explican el por qué podemos ver una serie de 8 horas seguidas y no una película del mismo tiempo, pero sí la estructura narrativa de estos dos formatos.
En una serie, cada capítulo está construido para tener una introducción, desarrollo y conclusión por lo que puede entenderse y disfrutarse sin necesidad de ver otros episodios. Sin embargo, cada capítulo es una historia por sí mismo y brinda la suficiente información para entender el conjunto y de esta forma llegar al final de temporada.
De forma clásica, las series se estrenaban cada semana, por eso ver una película era mejor los domingos. Pero si agregamos el componente Netflix, en el que se liberan todos los episodios sin restricciones, es entendible que las cosas hayan cambiado y que al darle clic a una serie podamos terminar de verla después de 8 horas sin cansarnos, ya que estamos en un espacio privado como nuestro propio hogar, en el que nadie puede decirnos que nos estamos excediendo en el tiempo de permanencia en nuestro sillón (a menos que lo haga tu mamá).
Mientras tanto, una película cuenta con la misma estructura (introducción, desarrollo y conclusión), pero solo tiene 2 horas para explicar lo que está sucediendo, por eso no puede dejar cabos sueltos (a menos que se busque una secuela) para volver a ellos después (así como lo hacen las series). Ver una película de más de 2 horas implica esperar a que se desarrolle la trama y si no es atractiva, aburrirá hasta al más cinéfilo.
Es por eso que cuando se quiere estrenar una película larga en plataformas digitales, la tienen que cortar para que tenga estructura de serie y sea menos pesada. Esto pasó en el caso de El Irlandés, película de Martin Scorsese que tuvo que ser adaptada a formato serie, para que los usuarios de Netflix pudieran disfrutar sus tres horas y media de duración. Este experimento no fue del agrado para muchos, pues la consideraron larga y sin chiste.
Hay que recordar que “adaptar a serie”, no es lo mismo que “concebir como serie”, ya que El Irlándes carece de la estructura narrativa ya antes mencionada. Ya veremos cómo le va al Snyder’s Cut, un producto que nació como una película, pero que será adaptado a una serie de 6 episodios para poder cubrir sus 4 horas de duración dentro de la plataforma de HBO Max.
Hollywood vs el streaming
En conclusión y para efectos de ser un poco más claros, hay que tomar en cuenta 3 cosas para explicar por qué podemos ver una serie 8 horas seguidas, en vez de una película de 8 horas:
- El espacio en donde estamos disfrutando la serie (nuestro hogar)
- La estructura narrativa de la serie, frente a la estructura de una película
- El acceso completo a los episodios (cortesía del proveedor de streaming)
- A estos tres factores se añade un cuarto: la disposición del espectador.
Esto último lo han tratado de combatir varios directores de cine como Christopher Nolan y son la base de la disputa actual contra Warner Media por aferrarse a realizar estrenos simultáneos en el cine y en HBO Max.
Nuevamente, la llegada del streaming también facilitó el acceso a nuevos contenidos y somos los espectadores los que decidimos qué queremos ver. Si ya todo está a un clic de distancia, ¿para qué querríamos movernos del sillón?
Aunque no lo creas, este es el pensamiento de la mayoría de las personas y con la pandemia se ha reforzado, a tal punto que grandes empresas como Disney y Warner replantearon sus estrategias de negocio para no perder millones de dólares invertidos en películas para el cine.
Ahora podemos comprar estrenos por un precio adicional a la suscripción de Disney Plus o podremos ver el Snyder’s Cut antes de la llegada de HBO Max a México, debido a las alianzas que AT&T realizó con otras compañías, solo para que los públicos que aún no tienen la plataforma no se sientan relegados y se sientan atraídos a adquirirla.
Además, no sé si te has dado cuenta, pero las últimas películas que se han hecho para el cine duran mucho más tiempo. Avengers Endgame fue un largometraje de dos horas 40 minutos, Once Upon a Time in Hollywood de Quentin Tarantino duró lo mismo y Tenet de Christopher Nolan también iba a tener el mismo tiempo de duración.
¿Por qué? Pues por la necesidad de hacer que las audiencias regresen al lugar “en donde se ve el cine” y de esta forma combatir a las plataformas que han replanteado el trabajo de actores/actrices, directores, productoras, agencias de representación y demás involucrados en el negocio del entretenimiento.
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Como verás, puede que nos hayamos clavado mucho con esta explicación, sin embargo, la respuesta depende de muchos factores dinámicos y que han cambiado nuestra forma de ver productos audiovisuales como series o películas.
Esperamos haberte ayudado a entender por qué podemos ver una serie 8 horas seguidas y no una película de 8 horas. Si te queda alguna duda, por favor déjala en los comentarios para responderla cuanto antes.
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