And Just Like That (“y solo así”, en español), era una de las frases más icónicas de Carrie Bradshaw en Sex and The City, aquella serie noventera que nos mostraba la vida, sexualidad y feminidad de cuatro amigas de la ciudad de Nueva York.
Ahora, la frase es el título de la secuela de Sex and The City, transmitida a través de HBO Max, en donde vemos de regreso a tres de su protagonistas, Carrie Bradshaw (interpretada por Sarah Jessica Parker), Charlotte York (Kristin Davis) y Miranda Hobbes (Cynthia Nixon), en una etapa más adulta de su vidas, pero no necesariamente más madura.
¿Por qué lo decimos? Si bien desde que se anunció esta secuela la consideramos como una pésima idea, tras ver sus primeros episodios, confirmamos que a veces los productos de su época deben de quedarse ahí.
Privilegio, racismo y condescendencia en And Just Like That
Cuando Sex and the City llegó a las pantallas se vivían tiempos más simples. La definición de la sexualidad femenina estaba condicionada a los nuevos artículos de Vogue, redactados bajo un enfoque meramente heterosexual y blanco, en donde la realización de las mujeres se encontraba en el amor romántico como última instancia.
Esta misma línea fue seguida por la serie noventera, pues nuestra protagonista principal, Carrie Bradshaw, estuvo atada todo el tiempo a lo que Big dispusiera, y no importaba lo exitosa que fuera, simplemente lo abandonaba todo por regresar con él. Tanto era su “amor”, que no se cansó de ser humillada hasta tener su “final feliz”.
Bajo la perspectiva anterior, aunque se tocaron temas como la homosexualidad, el feminismo y demás, siempre terminaban decepcionando por lo frívolo de su mensaje final.
Ahora que el mundo se debate entre conflictos bastante serios como una pandemia, el racismo o la revolución sexual, y otros un tanto ridículos como la corrección política; el hecho de que tres mujeres de 50 años, heterosexuales, blancas y privilegiadas tengan que adaptarse a ello es un poco bizarro, sobre todo por la disculpa eterna que And Just Like That le da a sus protagonistas debido a que “son viejas” (no lo decimos nosotros, es resaltado por ellas mismas).
Por ejemplo, Carrie, quien tenía una columna sobre sexo en un periódico en Nueva York, debe participar en un podcast sobre este mismo tema, pero no puede hablar de forma gráfica de la masturbación “porque le da pena”.
Y bueno, está bien que no lo haga si no le gusta, sin embargo, ella crítica de forma explícita a quienes sí por considerarlo “vulgar”, actitud normal para alguien acostumbrado a que la sexualidad femenina fuera un título de “Cómo complacerlo en 10 pasos”.
Por otro lado, tenemos a Miranda, una gran abogada que quiere hacer una maestría en derechos humanos y que al conocer a su profesora afroamericana, lo primero que resalta es su raza. Después solo dice “me paralicé porque me dio miedo decir algo que a la gente le moleste”. Pues claro, si lo primero que haces al conocer a alguien es señalar su raza, obvio le va a molestar.
El punto al que queremos llegar es que al final, todo el argumento de And Just Like That será que las protagonistas, consideradas liberales en otros tiempos, ahora deberán aprender a vivir en un mundo en el que ya no son el centro de atención y aceptarán que todos tenemos los mismos problemas sin importar el género, la raza o formas de pensar. Oh, sorpresa, qué escándalo, qué revolucionario, no lo esperábamos para nada.
Por eso creemos que, al menos en esta ocasión, And Just Like That no sirve para atraer nuevos públicos, ni para aportar algo nuevo a la conversación, si no para mantener a aquellos usuarios que ven con nostalgia el regreso de tres mujeres con las que se identificaron tanto en el pasado, desde una perspectiva sampetrina.
Lo bueno de And Just Like That
Sin embargo, que personalmente ya no nos guste el estilo de este tipo de series, no significa que todo esté mal con And Just Like That. Al contrario, los últimos minutos del primer capítulo son un gran dolor en el corazón, sentimiento que solo se puede lograr con un guión y manejo narrativo excepcionales.
Sin ánimos de dar spoilers, era evidente que para tener algo que contar (y justificar la existencia de una secuela), algo GRANDE debía suceder. Oh sí, y eso pasa de la forma más sencilla y dolorosa que puedas imaginarte.
Por otro lado, también se debe reconocer cómo lograron disculpar la ausencia de Samantha en la serie. Por si no te sabes el chisme, Kim Cattrall y Sarah Jessica Parker tienen un conflicto desde hace años y debido a esto, la intérprete de la famosa publicista se negó a aparecer en la nueva temporada.
Pues bien, durante los primeros minutos de And Just Like That, nos dan una lección bastante fina de cómo hacer ficción a partir de un evidente conflicto, sin tapar el sol con un dedo, pero siempre buscando el lado amable de las cosas.
Conclusiones sobre And Just Like That
Quien haya visto más de un episodio de Sex and The City, ya conoce el carácter de Carrie, lo sensible que es Charlotte y lo defensora de Miranda. Así que después de ver el conflicto por el que inicia la serie, podrás imaginarte cómo reaccionará cada una y hacia dónde se dirigirán los 8 episodios que quedan.
No es que dejemos de darle una oportunidad, es simplemente que después de 94 episodios (transmitidos entre 1998 y 2004) y dos películas, resulta difícil que las personalidad de estas mujeres cambien solo por los nuevos tiempos. Pero oye, no nos hagas caso, todo puede suceder.
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Recuerda que iremos actualizando esta reseña conforme vayan saliendo más capítulos, mientras tanto, no olvides seguirnos en Tik Tok para continuar cotorreando sobre series y cine.