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Con mi playera de la Casa Targaryen puesta, me dispuse emocionada a ver el penúltimo episodio de la octava temporada de Game of Thrones. Pobre e ilusa mujer.
Parece que los productores están decididos a demostrarnos que cualquier héroe/heroína se puede convertir en un villano de un momento a otro y que la lealtad es un valor tan frágil de romper, aún si solo buscas lo correcto para todo un pueblo.
Tal como lo decía el Joker, solo falta un mal día para volverte loco y así le pasó a la Madre de Dragones: los últimos meses en Winterfell y su regreso a Dragonstone son ese pequeño empujoncito que le faltaba para cumplir su destino.
Acá no la vamos a convertir en mártir, no después de ver cómo quemaba a gente inocente a pesar de la rendición de Cersei, más bien enlistaremos las razones por las que la reina de los Hombres Libres inició la masacre más grande de Game of Thrones desde la Boda Roja.
Desamor
Sí, es muy básico, ¿pero a poco no tenía razón? Un día estaba beso y beso con Jon y al otro le dicen que es su sobrino, el legítimo rey de todo y él ya no la quiere ni tocar.
Desde Khal Drogo no habíamos visto a la Khalessi enamorada, siempre fueron juegos y estrategias con hombres para tomar el poder y pasar el rato, pero Jon llegó a su vida no solo para darle coherencia a la serie, si no para demostrarle que hay hombres a los que no puede conquistar (literal y metafóricamente).
Su viaje al norte
Esto fue probablemente lo que comenzó el fuego. Una vez que llega a Winterfell, todos los norteños se encargan de no hacerla sentir bienvenida.
Tampoco es que debieran hacerlo, el norte recuerda su último enfrentamiento con los Targaryen y para nada quieren volver a sufrir lo mismo. Pero no solo el pueblo lo hace, también Sansa, una enemiga que nunca calculó y quien se muestra más inteligente y capaz que ella.
Como quiera esto no es pretexto para matar a un montón de personas con su dragón, Daenerys misma dice que no es necesario que la quieran, pero sí que respeten su próximo reinado, lo que nos lleva al siguiente punto.
Celos
El norte también marcó la diferencia entre Jon y Daenerys como gobernantes. Mientras el primero es adorado, a ella la reciben fríamente.
Todos hablan de lo bueno y noble que es Jon y que no hay duda de porque es el elegido, incluso lo hacen sin importar que esté ella presente (parecen decididos a no hacerla sentir bien).
Daenerys tambien conoce está sensación de amor del pueblo, pero no lo ha escuchado en mucho tiempo, cosa que la hace dudar de su poder de convocatoria y la lleva a compararlo con el que tiene Jon.
Pérdida
Dany ha perdido más que cualquiera en esta temporada: su derecho al trono, dos dragones, la lealtad de sus consejeros, a su mejor amiga, medio ejército y a su nuevo amor. ¿Cuanto más debía perder?
El precio a pagar ha sido demasiado alto desde que se le ocurrió cruzar el mar y recuperar el trono del que fue despojado su padre.
No importa qué tan fuerte seas, si te quitan todo lo que amas, no tardarás en querer cobrártela al triple.
Destino
Bien lo dijo Varys “he estado al servicio de un montón de tiranos y todos hablan de destino”. Lamentablemente, poco a poco la Madre de Dragones ha mostrado su verdadero temperamento Targaryen.
¿Recuerdas la cara de Sam cuando le dijo que mató a su papá y a su hermano porque no se arrodillaron? Pues sí, ahí mismo (o desde antes) se supo que ella no era tan buena elección como todos pensábamos, pues su intolerancia ha marcado sus decisiones.
El Rey Loco hacía lo mismo quemando vivos a quienes no lo obedecían y por ello empieza toda la trama de Game of Thrones. ¿Te imaginas lo que hubiera hecho con solo un dragón? Pues ahí está la masacre de King’s Landing para demostrarlo.
Política
Ya siendo menos sentimentales, era necesario que Dany reafirmara su poder sobre Cersei y todos aquellos que la cuestionaron, además de demostrarle a todos King’s Landing quien mandaba. Esta es una táctica de guerra muy común, en donde se arrasa con todo el pasado de un pueblo para construir un reino nuevo y políticamente la posiciona como una pieza más fuerte y temeraria frente a sus adversarios.
Si llega a sentarse en el Trono de Hierro, no será porque es la gobernante que dijo ser, sino por convertirse en la tirana que Varys predijo.
A pesar de todas estas razones para entenderla, Daenerys ha caído de mi gracia tan rápido como la Compañía Dorada. Nada me gustaría más que una muerte poética como la de su padre y que Jon se amarre los huevos y le dejé la trono a Sansa y a Tyrion.
Solo falta un capítulo para que termine, así que las apuestas están en el aire, mientras tanto #QueDespeluquenALaMaldita.
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