Hace unos meses se estrenó Detrás de sus ojos, una serie de Netflix que nos cuenta la historia de un trío amoroso bastante extraño, en donde el desdoblamiento del sueño, el engaño y la sociopatía son cosas de todos los días para sus protagonistas.
En sí, Detrás de sus ojos se define como un thriller de terror psicológico, basado en la novela homónima de la escritora Sarah Pinborugh que salió en 2017. Aunque hay algunas diferencias entre el libro y la serie de Detrás de sus Ojos, básicamente nos cuentan la misma historia: Louise (Simona Brown), una joven secretaria con un hijo y que trabaja en un consultorio médico, se enamora de su jefe David (interpretado por Tom Bateman), quien está casado con Adele Ferguson (Eve Hewson), trío que los lleva por caminos peligrosos y fantasiosos.
¿De qué se trata Detrás de sus ojos?
En sus primeros capítulos, la historia sigue el enamoramiento entre David y Louise, quien sabe que está mal andar con su jefe, pero no puede evitar la total atracción que siente por él. Nuestra protagonista es bastante imprudente (por no decir otra cosa), pues a escondidas de David se ve con la esposa de éste, Adele. Aunque no tiene una relación romántica con ella, Louise sí entabla una amistad con Adele y poco a poco a poco se entera de los problemas entre ella y David.
Louise es sonámbula y tiene sueños con su hijo, David y Adele, que le muestran lo que está a punto de ocurrir, aunque ella no les haga mucho caso.
No obstante, Adele no es tan inocente como parece: ella conoce todo sobre el romance entre Louise y David y manipula los pensamientos de “su amiga” para hacerle creer que su esposo es la peor de las personas.
Como verás, Detrás de sus ojos es todo un dramón. Aquí el pobre David es una marioneta para las dos mujeres, pues van y vienen a él cuando se les da la gana, mientras el hombre sufre por la culpa de no amar a su mujer y engañarla con la secretaria.
Lo bueno de Detrás de sus ojos
La serie es muy disfrutable en sus primeros episodios, pues la historia de “ups, me enamoré de ti sin querer” entre Louise y David, le da el toque sensual a lo que vemos. Mientras tanto, Adele es un personaje maligno y misterioso, que mueve los hilos a su favor y, “de alguna manera”, se entera de todo (enserio, de todo), lo que ocurre entre su esposo y su amiga.
Tal vez una de las cosas que más nos gustaron, fue la forma en cómo nos cuentan la historia de Adele, ya que paralelamente a la interacción que tiene con David y Louise, sabemos mediante flashbacks que ella sufrió la muerte de sus padres en un incendio y fue hospitalizada en un psiquiátrico.
Ahí conoce a Rob, otro interno con preferencias sexuales hacia los hombres y con el que mantiene una profunda amistad. Créenos cuando decimos que esto último ni siquiera tendría que importarnos como espectadores, pero para fines de la historia, el hecho de que Rob sea gay es muy importante (hablaremos más de esto en lo que no nos gustó).
En general la dinámica de la serie va muy bien y es tan atrapante la forma en cómo Adele manipula a su esposo y amiga, que no quieres dejar de verla hasta saber en qué termina todo. Sin embargo, es aquí cuando comienza lo malo.
Lo malo de Detrás de sus ojos
¿Te acuerdas cuando dijimos que Louise tenía sueños extraños? Hasta ahora nos queríamos ahorrar esta parte, pero resulta que Detrás de sus Ojos no es sólo la clásica serie de “marido engaña a su esposa”. En realidad hay un elemento de ficción en todo esto, pues tanto Adele como Louise pueden “volar a otros lugares entre sueños”. El término técnico es “desdoblamiento de los sueños” y existe en realidad, pero se adquiere con años de práctica y control de la consciencia.
En esta serie, los personajes usan esta técnica como si nada, como si fuera solo cuestión de contar los dedos y ya. Claro que vemos a Louise practicando esto cada noche, pero el hecho de que lo logre solo en un mes es muy inverosímil, ya que una vez dominándolo, las dos mujeres pueden viajar dormidas a otros lugares y ver lo que está sucediendo ahí (de esta forma es como Adele se entera del romance de su esposo).
Pensarás que te estamos contando la serie y ya para qué la ves, pero no, lo que te decimos puedes inferirlo desde el cuarto capítulo. Por eso, el hecho de que dure 8 episodios, es otra cosa que no entendemos, ya que hay capítulos de relleno que no aportan al desarrollo de la trama.
Por otro lado, Louise como protagonista es desesperante. Ella es la típica víctima: es impulsiva, manipulable, se cree todo lo que le digan, no espera a ver las dos versiones de una misma historia y ello hace que no empaticemos con su personaje y nos caiga mejor Adele, aunque sea la mala.
En cuanto a Rob, no queremos contarte el final, pero es bastante irresponsable la manera en que su sexualidad está manejada como parte del argumento, pues es una forma de representación que retrasa todo lo que la comunidad LGBT+ ha tratado de cambiar en años de lucha.
Ya no queremos seguir con lo malo porque nunca acabaríamos.
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Como verás, esta serie nos tiene divididos: por un lado es entretenida, pero por otro es ridícula e irresponsable. Igual no estás de acuerdo con nosotros y aceptamos que lo que para unos puede ser una cochinada, para otros es una genialidad.
Si ya la viste, déjanos tus comentarios y si no, date la vuelta por Netflix, mírala y regresa a contarnos lo que opinas. Recuerda seguirnos en Tik Tok para continuar cotorreando sobre series, cine y videojuegos.
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