Pienso en el final: surrealismo mal hecho

pienso en final

*Sé que haz venido a leer una reseña sobre Pienso en el final. Por favor, haz de éste un espacio libre de haters y antes de leer esta reseña, olvida el ego de “yo sé más que tú” y disfruta de la opinión de un espectador más.  

Acabo de terminar de ver Pienso en el final (I’m Thinking of Ending Things) de Charlie Kauffman y no sé cómo sentirme al respecto. Primero porque fueron dos horas de “¿a ver a qué horas dicen para dónde va esto?” y luego porque necesitaba quitarme el mal humor. 

¿Tan mal estuvo? Para nada, es solo que terminé con cierta sensación de “meh”, ante lo que acababa de ver. Vayamos poco a poco para poder explicarte lo que quiero decir. 

Pienso en el final explicación

La historia es bastante simple. “La novia” (así le pongo al personaje por falta de información sobre su nombre real) acepta ir con su novio Jake a un viaje para conocer a sus papás, pese a que tiene muchas dudas sobre su relación. 

La cinta está dividida en tres actos, donde el primero comprende el viaje en carretera que hacen Jake y “la novia”, el segundo acto es la visita de los padres y el tercer acto es el viaje de regreso a casa. 

En realidad no existe mayor explicación sobre la trama de Pienso en el final, es bastante claro cuándo termina un acto y empieza otro. Lo que sí es importante observar es que es una cinta lenta que construye la historia a través de los diálogos (muy al estilo tarantinesco) y son los personajes quienes nos dan la clave para entender lo que está pasando. 

pienso en el final charlie kauffman

Al poner atención sobre lo que piensa la novia, nos podemos dar cuenta de que se siente insegura sobre su futuro con Jake y conforme avanza la historia, tiene ciertas dudas sobre ella misma y su identidad. Sin ánimos de spoilers, esto sucede porque la pantalla enfoca su punto de vista, pero ella no es la verdadera protagonista de la historia.

Hasta aquí, todo es relativamente sencillo y “normal”. 

Surrealismo que no aporta nada en Pienso en el final

Pienso en el final podría clasificarse como una cinta surrealista y un experimento en sí. Nada de lo que vemos en pantalla es real (como ya mencioné, no estamos viendo la verdadera historia).

Desde movimientos extraños en el tiempo, hasta un perro que jamás deja de sacudirse, durante dos horas presenciamos lo que alguien más imagina, la fantasía de un pobre hombre que jamás supo cómo acercarse a una mujer. 

pienso en el final critica

En teoría suena muy interesante, pero en acción es todo lo contrario. Si bien todo el segundo acto (cuando la novia cena con sus suegros) es muy entretenido, lo cierto es que lo aburrido del primero y del tercero le quitan toda la emoción a la película. 

Peor aún, todo lo surrealista que puede ser la cinta, se pierde con la sosa explicación que pretenden darnos a través de los diálogos del tercer acto. “Que si estamos viendo a alguien con una enfermedad mental”, “que si es un discurso fragmentado y solo es una parte de la realidad”, “que si no nos movemos, al final no conseguiremos nada”. 

pienso-en-el-final

Acá el problema no es el surrealismo, sino el que no aporte nada durante el primero y el tercer acto. Pienso en el final tiene un montón de elementos muy buenos como el enfocar a un personaje, mientras otro permanece oculto o el cómo poco a poco se nos devela el carácter de Jake. 

Sin embargo, también está llena de clichés básicos de las películas “experimentales”, como la explicación de una fantasía a través del baile o el ballet (Cisne negro, La la land, ¿son ustedes?). 

Otro elemento que me pareció muy frustrante es que si bien se trata de una película triste, al terminar me dejó indiferente. Seguro es porque no tengo sentimientos, pero de verdad intenté sentirme triste por el conserje, quise que la novia me cayera bien, incluso odié lo patán que era Jake con su mamá y, sin embargo, cuando terminé la película solo tuve dolor de cabeza y un “¿neta así acaba?”. 

Esta no es una de esas veces en las que el dolor del personaje se convierte en tu dolor, cosa que me molestó porque sí estaba emocionada por verla. 

im-thinking-of-ending-things-

Existen muchas películas surrealistas que tienen tramas sencillas y es precisamente su toque extraño lo que las convierte en piezas realmente buenas. Un perro andaluz (1960) de Luis Buñuel es un título obligado para el “experto en cine”, pero como ejemplos recientes tenemos a Mulholland Drive (2002) de David Lynch o Mother! (2017) de Darren Aronofsky. 

No, no es el surrealismo lo que no me gustó, más bien el que se quede ahí, siendo tan cliché e irrelevante para la historia.

¿Entonces Pienso en el final es una buena o mala película?

No podemos ser tan necios como para etiquetar a un experimento como “bueno o malo”. Al final esta es una propuesta que logró su objetivo al hacerme escribir casi tres cuartillas de por qué no me gustó. (Aunque debo decir que me parece un poco más de lo mismo).

pienso en el final critica

A veces el cine necesita tener ciertos reajustes y cuando salen películas como ésta, nos ayudan a tener perspectiva del tipo de cintas que estamos consumiendo. Incluso tuve miedo de escribir esta reseña porque sabía que BoxTv sería juzgado en términos de “ustedes no saben nada de cine, solo les gustan las películas de superhéroes”. 

En mi opinión, este es uno de esos casos donde más que la película por sí misma, es interesante observar las opiniones y reflexiones que generó. Si ese fue su objetivo, me parece muy bien. Si fue lo contrario, pues qué te digo, a mi no me gustó.

Cuéntame si tú también viste Pienso en el final y qué te pareció. Este es un espacio libre de haters (mantengámoslo así). 

***

Déjanos tus comentarios sobre esta cinta y no te olvides de seguirnos en Tik Tok e Instagram para continuar cotorreando sobre cine, videojuegos y series.