Sin esperarla, ni pedirla, después de 18 años llega Matrix Resurrections, una nueva entrega que funciona como una secuela/revival de la franquicia y que pretende borrar sin intención cintas como Matrix Recargado y Matrix Revoluciones, dos películas un tanto odiadas por algunos de sus fans.
Cabe decir que Matrix Resurrections solo es producida, coescrita y dirigida por Lana Wachowski, mientras su hermana Lilly, quien fue fundamental para Matrix anteriormente, quedó fuera de su realización por voluntad propia.
Como protagonistas tenemos de regreso a Keanu Reeves como Neo y Carrie Anne Moss como Trinity, mientras se incorporan nuevos personajes como Morpheo (interpretado por Yahya Abdul-Mateen II), Neil Patrick Harris como el Analista, Priyanka Chopra como Sati, Christina Ricci en un papel bien x, entre otros más.
¿De qué se trata Matrix Resurrections?
Nunca es fácil contar de qué se trata una película de la saga Matrix, pero trataremos de hacer un resumen sencillo para que se entienda el conflicto: 60 años después del final de Matrix Revoluciones, la humanidad ha encontrado una forma de vivir en armonía con las máquinas y hacerse de algunas tecnologías para poder subsistir.
Mientras tanto, la Matrix sigue funcionando con ayuda de Thomas Anderson (Keanu Reeves), quien dentro de la ilusión es un exitoso desarrollador de videojuegos basados en sus débiles recuerdos como Neo. Además, anhela a una mujer llamada Tiffany, quien en realidad es Trinity, aunque ninguno de los dos conoce su verdadera identidad.
Sin embargo, como es de suponer, Neo no permanece mucho tiempo bajo esta ilusión y es rescatado por la tripulación de la nave Mnemosyne, liderada por Bugs (sí, como el conejo de Warner).
En realidad lo que sigue son detalles complicados, como el regreso del Agente Smith, la explicación de una nueva civilización humana y el por qué Neo y Trinity estaban dentro de la Matrix. Lo único importante de esta cinta (y lo que dirige toda la acción) es que Neo quiere rescatar a Trinity y con ayuda de los tripulantes de la Mnemosyne tratará de lograrlo.
Veamos ahora lo bueno y lo malo de Matrix Resurrections, ya que después de verla tenemos muchas cosas que decir. A CONTINUACIÓN VIENEN SPOILERS.
Lo bueno de Matrix Resurrections
Empecemos por lo positivo. Aquí dos cosas que me gustaron: la idea de que los bots ahora pueden materializarse en la vida real y el uso del bullet time de una forma diferente.
Por si no te acuerdas, el bullet time es una técnica visual que consiste en una ralentización extrema de la acción para permitir ver movimientos o sucesos muy veloces (como el recorrido de una bala), al mismo tiempo que la cámara se desplaza y modifica el ángulo de visión.
La escena en la que El Analista se revela como el villano (ya sabes, la del taller de motocicletas con Trinity) se usa la técnica de Neo para hacernos saber que no solo fue una innovación tecnológica en su tiempo, sino que también el bullet time se reconoce dentro de la ficción como un recurso dramático que permite reflexionar sobre las motivaciones de los personajes, o en este caso, sobre el deseo de Neo de estar con Trinity, pero nunca poder lograrlo.
Pero lo más interesante de Matrix Resurrections no está en lo tecnológico, sino en su narrativa autorreferencial. Mientras algunos personajes como el jefe y Thomas mencionan el por qué hacer una secuela del videojuego Matrix (aquel título exitoso que ganó un The Game Award dentro de la ilusión de Neo), hay una reflexión sobre la misma existencia de esta cinta.
Y es que parece que Matrix Resurrections es más un pretexto para decirnos por qué los reboots existen en la industria; es la explicación que le da Lana Wachowsky al regreso de la nostalgia como un producto fácil de vender.
Prueba de ello son diálogos como “el único mundo que funciona es el de ficción” o “darles a las personas lo que quieren” dichos por personajes como El Analista y el Agente Smith. La estructura de la película es un ir y venir entre la idea de que las personas dejamos de luchar contra las máquinas para someternos a la Matrix, o en este caso, la internet.
De hecho, es muy probable que Matrix Resurrections sea mejor entendida en estos tiempos, debido a que tenemos más dominio del lenguaje informático y palabras como “bot”, “código” y “nube” (o matrix) son más comunes en comparación a 1999 cuando salió la primera cinta.
Pero otra lectura de esta película, puede ser la historia del rechazo de Lana Wachowski por revivir la franquicia de Matrix y luego haciéndolo de todas maneras, después de muchos años, por una idea de misión superior (según declaraciones de ella misma, decidió hacerla porque le permitía recordar a sus padres que ya fallecieron).
Sea como sea, los diferentes niveles de entendimiento de Matrix Resurrections la hacen hasta cierto punto disfrutable porque (aquí voy a comenzar con un poco de lo malo) lamentablemente solo se queda en la superficie.
Lo malo de Matrix Resurrections
¡Pero qué horror lo que le hizo Warner a Matrix Resurrections! Y no nos referimos a las ideas de la cinta en sí, que como te dijimos son muy buenas, sino a esa horrenda campaña publicitaria y necia en donde a fuerzas deben recordarnos todos sus activos digitales.
Desde Space Jam: A New Legacy, Warner nos repite una y otra vez que es dueña de DC, Matrix y demás. Si no me crees, ¿por qué uno de los personajes se llama Bugs y todavía descaradamente lo reafirma? ¿Por qué la dueña de la empresa donde se desarrolló el videojuego Matrix es Warner? Bien puede ser una crítica de Lana Wachowski hacia el hecho de haber revivido la franquicia por dinero, pero aún así cansa.
Es como Hideaki Anno peleándose con sus fans durante muchos años y al final complaciéndolos con toda la saga de Rebuild (aunque aquí hay que decir que se trata más bien de una reconciliación consigo mismo, lo de Lana es más un memorial).
Otra cosa negativa es que pese a todas las buenas ideas de Matrix Resurrections, en realidad todas son desechadas en pro de una historia de amor que ya se siente vieja. Yo sé que Neo y Trinity son legendarios, pero mejor no los hubieran revivido si los iban a dejar tener ese final tan complaciente, muy al estilo Marvel.
Pese a que intenta ser un “revival diferente”, cae en los mismos vicios que señala y utiliza parte de los metrajes de Matrix de 1999 para construir la historia. En parte es emocionante, pero analizándolo bien, Lana Wachowski emplea el fanservice para distraernos de los huecos en el guión (tal como lo hizo Star Wars con El Despertar de la Fuerza).
Por todo lo anterior, aunque hace años Matrix fue la píldora roja que trataba de hacernos despertar, en 2021 Matrix Resurrections es la azul que mantiene lo que ya sabemos y no puede innovar en un mundo hiper digitalizado.
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