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*Alerta de spoilers en toda la crítica
¿De qué se trata Once Upon a Time in Hollywood?
Tras el éxito de Bastardos Sin Gloria y la decepción de Los 8 más buscados, llega Once Upon a Time in Hollywood, un filme que causó revuelo por la aparición de Sharon Tate, actriz que murió (con ocho meses de embarazo) a manos de La Familia, organización liderada por el asesino serial Charles Manson, mientras estaba con unos amigos en su casa.
Aunque curiosamente muchos creyeron que esta película contaría la historia de la muerte de Tate, la realidad es muy distinta, pues estamos ante la historia de Rick Dalton (Leonardo DiCaprio) y Cliff Booth (Brad Pitt), un actor de westerns y su doble, quienes se enfrentan a Hollywood y sus desventuras en una época donde se estaba consolidando la industria cinematográfica y comenzaba la era de los Cinema Stars.
En realidad la cinta no tiene una sola trama. Durante toda la primera parte conocemos a Rick Dalton y su eterna lucha por demostrar que aún es un buen actor. Mientras él llora, patalea y hace berrinches, Cliff lo lleva al trabajo y arregla su casa. En él vemos la entereza que le falta a Dalton y su mini-historia con una chica hippie que conoce en las calles.
Por otro lado, sin tener contacto con ninguno de los otros personajes, conocemos a Sharon Tate y su ascenso al estrellato, así como sus idas y venidas (guiño guiño) en fiestas extravagantes dentro de la mansión Playboy y su matrimonio con el director Roman Polanski.
Similitudes de Once Upon a Time in Hollywood con Death Proof
Death Proof (2007) fue una de las películas menos conocidas de Tarantino, pero tal vez una de las mejores debido a la sencillez y producción de la historia. Varios actores que se convirtieron en los consentidos del director aparecen en ella y en esta última cinta: Kurt Russell, Zoë Bell, Rosario Dawson, Rose McGowan, Mary Elizabeth Winsley, Marley Shelton, entre otros.
En ella toca por primera vez el tema de “los dobles de acción”, seres en quienes nadie en Hollywood se fija, pero son capaces de llevar al límite sus habilidades en pro de una escena para hacer quedar bien al actor del momento.
Tal vez esta fijación comenzó con las películas que veía de niño o porque tras el rodaje de Kill Bill tuvo un amistad cercana con Zoë Bell (ex doble de Uma Thurman), quien le mostró el mundo de los dobles.
Doce años después de aquella película, Tarantino vuelve a la temática de los dobles con Once Upon a Time in Hollywood, mostrando ambos lados de la moneda: a Leonardo DiCaprio como Rick Dalton, un actor de westerns que siente las presiones de Hollywood para llevar su carrera a un camino que él no quiere, y Brad Pitt como Cliff Booth, doble de riesgo de Rick y su amigo cercano.
La similitud más obvia entre los filmes es la temática, sin embargo, también se encuentra el cambio del final, la vuelta de rueda de las tramas que terminan por sorprender al espectador.
En ambas cintas creemos que ocurrirá algo que se insinúa en todo el filme, incluso existe cierto suspenso cada vez que Sharon Tate aparece, o Mike el Especialista acosa a sus próximas víctimas. Sin embargo, el momento de la verdad ocurre cuando los personajes son sometidos a estrés psicológico y sacan su verdadero ser.
En Death Proof lo vemos cuando las chicas atacan al doble asesino (literal) y dejan de ser las damiselas en peligro para convertirse en las sádicas de la historia. Mientras en Once Upon a Time in Hollywood, la vuelta se da al cambiar el destino de Sharon Tate y hacer que La Familia se equivoque de casa para enfrentar a Cliff Booth.
El estilo “tarantinesco” en Once Upon a Time in Hollywood
Las cintas de Tarantino tienen tres características principales: diálogos largos y profundos; personajes bien dibujados, y mucha violencia con sangre exagerada. Desde Perros de Reserva (1992), pasando por Pulp Fiction (1994), Kill Bill (2003, 2004), Death Proof (2007) hasta Django Unchained (2012), vemos grandes muestras de ese estilo que ha ido construyendo a lo largo de los años.
Aunque Once Upon A Time in Hollywood casi no tiene escenas de acción, los elementos tarantinescos de sangre, exageración y violencia extrema aparecen de nuevo hacia el final de la cinta e incluso llegan a ser divertidos dado el enemigo y las circunstancias a las que se enfrentan los protagonistas.
Su fascinación por los westerns, la cultura mexicana (o chicana), el kung-fu y el anime japonés son otro punto destacable de su cine. Tarantino no duda hacer que sus personajes digan “frijol”, “taco” o interactúen con otras culturas, aún cuando otras cintas tienden a omitirlo.
Tal vez estamos ante una obra menor si lo comparamos con otras, pues en esta ocasión sólo tenemos a un personaje bien dibujado y ese es Rick Dalton. Mención aparte para Leonardo DiCaprio, quien debe actuar como un hombre inseguro de sus habilidades, mientras actúa como uno de los malos para una serie de televisión. Ahí hay Oscar seguro.
No todo está tan bien en Once Upon a Time in Hollywood
Ya hemos dicho que una de las características de sus películas son los diálogos largos, y tal vez de eso adolece esta película. Todo el primer acto, no importa que se trate de la introducción de los personajes, es muy largo.
Pese a que vemos las cintas en las que ha participado Dalton y la forma en que Cliff se convierte en una especie de amigo-mayordomo para él, sólo hasta la segunda parte logra captar la atención completa del público y sumergirlo en ese universo paralelo hollywoodense.
Mientras tanto, la historia de Sharon Tate ocurre por separado, sólo teniendo como pretexto el que sean vecinos. Ya he dicho que sí tienen relación, pero sólo hasta el final, cuando después de que Cliff y Dalton le dan una severa madriza a los integrantes de La Familia y el primero se va al hospital, el segundo es invitado por Sharon a conocer a sus amigos.
Conclusiones
Personalmente me gustó el final. El que Sharon siga viva e invite a Dalton a su casa es en cierta medida tranquilizador. En ese mundo paralelo, ella nunca sufrió el destino de morir embarazada de 8 meses a manos de La Familia. No hay justificación para que algo así vuelva a ocurrir, ni siquiera en pantalla. Llámenme moralina, no me importa, un encuentro de ese tipo no se le desea a nadie.
En realidad las conclusiones sobre esta cinta van y vienen. Si te gusta el cine de Tarantino, seguramente la disfrutarás o saldrás inmamable del cine. Si no te gusta, igual no pasa nada si no la vez, las opiniones no importan, pero eso sí, luego no te quejes si no encuentras opciones diferentes a las películas de superhéroes.
Al final, dejo a tu consideración si estamos ante una obra maestra malentendida o una de sus cintas más olvidables.
